Cuando hemos conseguido el grado de cristalización óptimo de la sal, entran nuestras máquinas y operarios en las balsas para su recolección. La sal es retirada y colocada junto a los límites de las balsas, donde acceden los camiones para ser cargados.
Esta maniobra se repite de manera exhaustiva durante los dos meses de cosecha, llegando a transportar la cantidad de 6.000 toneladas diarias, desde las balsas a la primera zona de almacenamiento.